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Cómo guardar mantas

Como suele suceder con el paso de las estaciones, guardar la ropa de cama se convierte en una de las tareas que hacemos de manera recurrente. Guardar mantas de un año al otro no solo requiere un espacio adecuado, también es importante contar con rutinas de limpieza que mantengan en buen estado las fibras.

Guardar manta

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Todo lo que necesitas saber para guardar tus mantas

Las mantas son los accesorios favoritos de casa, nos mantienen abrigado cuando es necesario y cuando no, sirven de elemento decorativo capaz de cambiar la apariencia monótona de un espacio a uno de mayor vigor. Como complemento de la decoración brindan calidez, confort y belleza a las estancias, mejorando la apariencia y equilibrando las energías.

La ropa de cama además de requerir un mantenimiento periódico, también necesita ser guardada de manera correcta para que dure por mucho tiempo y los textiles se preserven como el primer día. En este sentido, contar con consejos para guardar mantas del salón, sofá o cama hasta el siguiente año siempre será bien recibidos.

Conservar en buen estado cada pieza de lencería no solo depende de la manera cómo se lave, se seque o se doble, la forma como la guardemos incide también en su durabilidad y resistencia. Esto aún es más importante cuando de se trata de mantas que han pasado de generación en generación dentro de nuestras familias y que por lo tanto, guardan un valor sentimental muy alto.

Hay ciertos factores que pueden asegurar la conservación de la ropa de cama con el paso del tiempo, algunos de ellos tienen que ver con las condiciones en las que se guarden las piezas y muchos otros, dependen de la naturaleza de las telas y la frecuencia de uso. Mientras más rigurosos seamos con la manera en que guardamos las mantas, por solo dar un ejemplo, pues podremos contar por mucho tiempo más con estos fantásticos accesorios.

Hay ciertas rutinas que probablemente todos conocemos, bien porque las hemos leído en línea o bien porque las hemos aprendido de nuestras madres o abuelas. En cualquier caso, tales rutinas nos sirven para guardar la ropa de cama de una temporada a la otra. Tal es el caso de guardar mantas bien dobladas, que en resumen es la más básica de todas las técnicas, hasta guardar mantas en bolsas especiales al vacío.

No podemos olvidar, por supuesto, guardar mantas dentro de bolsas que por mucho tiempo ha sido un método bastante bueno para conservar en buen estado nuestra lencería de cama. Sin importar la forma que hayamos seleccionado para el guardado de las mantas, si no la acompañamos de unas excelentes labores de limpieza y secado, serán muy poco efectivas y en menos de lo que pienses, tus telas estarán deterioradas.

Recuerda siempre: sin importar la calidad de las bolsas para guardar las mantas, si éstas no han sido sometidas a una buena lavada ni se ha acondicionado un espacio correcto para ellas, el proceso de guardado estará incompleto. Aprovecha, en este sentido, las bondades de estos tres factores y por nada obvies alguno de ellos, si buscas que tu ropa de cama dure por mucho tiempo.

Guardar manta doblada

Empezaremos por la técnica más simple de todas: guardar las mantas dobladas, es decir, correctamente dobladas. Aquí se cumple una norma básica: mientras mejor doblada esté la pieza, pues su grado de conservación aumentará y con éste, la integridad de la tela. El doblado de las mantas no solo te brindará un ahorro de espacio en tu armario o closet, también te permitirá conservarla de una estación a la otra.

Lo primero, antes de guardar la manta doblada, es verificar que esté limpia y bien seca, ya que puede coger polvo o mancharse si nos descuidamos. Doblar una manta es muy fácil, de hecho, existen diferentes métodos que simplifican esta tarea y que hemos explicado en otros artículos. Puedes consultarlos cuando quieras y aprender nuevas opciones para un doblaje perfecto.

Normalmente, guardar una manta doblada es el paso previo antes de colocarla en una bolsa y llevarla al espacio donde reposará por un año o menos, según tus necesidades. Una recomendación que siempre hacemos es planchar la manta antes de doblarla, sobre todo si ésta pasará de una estación a otra.

Por otro lado, antes de plancharla conviene lavarla y si lo haces a máquina, pues será mucho mejor. En esta etapa solo ten presente el uso de un jabón suave, utilizar el ciclo de lavado delicado y mucha agua fría, olvídate de la lejía ni el lavado a mano. De hecho, si la manta es muy grande, puedes llevarla a la tintorería y dejar en manos de profesionales el lavado y planchado de la pieza. Evita el uso de la secadora, antes bien, prefiere el secado al aire libre.

Una vez que esté doblada la manta, llévala a tu armario y si es posible, colócala en un espacio exclusivo para la ropa de cama. Este espacio debe estar a oscuras, no debes permitir el paso de la luz natural ni artificial. Adicionalmente, debe estar muy limpio y seco, esto evitará el crecimiento de bacterias, hongos y ácaros que pueden dañar las telas en el corto plazo.

Guardar manta en bolsas normales o de tela

La segunda manera de guardar mantas es utilizando bolsas normales o de tela. Las bolsas para guardar mantas son unas excelentes aliadas para evitar el daño de las fibras y ahorrar mucho espacio en el closet. Este método es súper eficiente porque la manta está protegida del polvo y la suciedad, además es poco probable que desprenda olores ni crezcan bacterias en ellas.

Por otra parte, existen también fundas para guardar mantas, fabricadas con materiales especiales que evitan el crecimiento de ácaros y hongos, previenen los malos olores y resisten muy bien el paso del tiempo manteniendo íntegra la ropa de cama contenida en ellas. Estas fundas de tela no pierden color ni texturas, lo cual es muy conveniente para que las mantas no se manchen ni se contaminen con los residuos de la propia funda o bolsa.

Una de las ventajas de utilizar las bolsas normales o de telas para guardar las mantas es puedes colocarlas en cajas de plásticas y mantenerlas en el closet por mucho tiempo. Además, el ahorro de espacio te permitirá utilizarlo en otras cosas que deseas guardar. Lo más importante es que si tus mantas son de fibras delicadas, no se dañarán ni perderán la suavidad ni la integridad. Todos los aditamentos de la manta permanecerán en su lugar como el primer día.

Aquí es importante que bajo ningún concepto utilices cajas de cartón para guardar las bolsas donde colocaste las mantas. Este material puede favorecer que ciertos insectos hagan colonias allí y en consecuencia, dañen todo el contenido de las bolsas, empezando por la ropa de cama. En la actualidad, existe en el mercado muchas opciones en bolsas anti-polillas las cuales son realmente útiles para guardar la lencería, especialmente las mantas.

Guardar mantas en bolsas al vacío

Otra de las maneras en las que puedes guardar las mantas es utilizando las bolsas al vacío, es una alternativa bastante higiénica y que te permite un ahorro de espacio mucho mayor comparado con las bolsas de tela o normales. Las bolsas para guardar mantas al vacío son la mejor manera para que las mantas no ocupen mucho espacio en el closet o en el armario y hoy en día se están utilizando por un mayor número de personas.

Como método de guardado tiene muchas ventajas, como por ejemplo: las mantas se mantienen protegidas del polvo y ocupan poco espacio. Como están selladas al vacío, la probabilidad de que se produzca algún crecimiento de hongos, bacterias o ácaros es infinitamente bajo, lo cual se traduce en una mayor conservación de las telas, menos acumulación de malos olores (el desagradable olor a guardado) y crecimiento de manchas producto de la conservación por un período de tiempo tan largo.

En cuanto al uso de las bolsas al vacío, no reviste ninguna complicación para el usuario. Solo vas necesitar bolsas plásticas transparentes y una aspiradora. El tiempo que tardarás con cada bolsa es de apenas un minuto. Tendrás la certeza, además, de que la tela no se recibirá ningún maltrato, ni se romperá en el proceso.

De hecho, guardar mantas en bolsas sin aire reduce a casi la mitad el tamaño del paquete, así que podrás guardarlo fácilmente. Esto es bastante positivo para mantas muy densas o gruesas o para un volumen alto de piezas, sobre todo cuando tu casa es grande o tu familia es numerosa.

Finalmente, te sugerimos lo siguiente para mejorar tu experiencia a la hora de guardar una manta: al momento de colocar tus mantas dobladas en el closet, coloca las más pesadas o voluminosas primero y encima las más livianas; no coloques las mantas directamente sobre la estantería de madera de tu armario, esto pudiera manchar y deteriorar las fibras; deja respirar las mantas antes de guardarlas, permite que se expongan al sol y al aire fresco un buen tiempo; los contenedores de plástico con cierre hermético son perfectos para guardar las mantas y la ropa de cama en general; y por último, recuerda que las bolsas de tela, como el algodón, aunque protegen contra el polvo y los insectos, dejan pasar el aire por lo que es posible que se dañe la manta si no la colocas en una ceja cerrada.

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