Una de las formas en que garantizamos la durabilidad de nuestra ropa de cama es aplicando una excelente rutina de lavado y secado. Secar las mantas no solo conservará los colores y texturas de estas magníficas piezas, también permitirá que conserven toda su calidez y confort como cuando las compraste.
Todo lo que necesitas saber para secar tus mantas
Las mantas son los accesorios favoritos de cualquier hogar, son versátiles y funcionales, además embellecen las estancias de una manera sencilla y a muy bajo costo. Toda la ropa de cama, incluyendo las mantas, necesita limpieza cada cierto tiempo. Una excelente rutina de lavado y secado garantizará la durabilidad y resistencia de la pieza.
Por fortuna, tenemos a disposición diferentes métodos para secar de manera correcta todas las mantas, así que no tendrás excusa para lograr resultados increíbles en las fibras y colores de cada pieza. En función de la estación climática del momento, el acceso a electrodomésticos como la lavadora y la secadora, así como las características propias de cada manta, el cuidado de la lencería de cama requiere prestar atención a los detalles.
Así como sucede a la hora de lavar cada pieza, durante la etapa del secado es conveniente conocer las recomendaciones del fabricante, las cuales están contenidas en la etiqueta de cada manta. Esta información es crucial para saber si puedes utilizar detergentes o lejía, lavar a máquina, planchar o simplemente secar al aire libre. No es lo mismo secar una manta de algodón que una hecha de lana, los cuidados son distintos y la velocidad de secado también lo será.
Por ejemplo, las mantas de algodón se pueden secar al aire libre o en secadora, utilizando un ciclo corto de secado. La nobleza de esta tela no amerita esfuerzos adicionales para que elimine completamente la humedad y puedas guardarla sin inconvenientes. Ahora bien, en el caso de las mantas hechas de poliéster o fibras mezcladas, el uso de la secadora debe ser comedido, esto se debe a que el calor extremo del tambor interno puede quemar las fibras y dañar la pieza irreparablemente.
Por otra parte, el lugar que seleccionemos para secar las mantas también influirá en la calidad del resultado. Sabemos que no siempre se tiene acceso a un patio o jardín donde colgar y extender las mantas sea algo simple. En muchos casos, y con bastante frecuencia, nos vemos obligados a secar la ropa de cama dentro de casa, bien sea utilizando la secadora o aprovechando las corrientes de aire que circulan por el lugar.
Algunos especialistas consideran que secar la ropa dentro de casa, especialmente la lencería de cama, no es lo más recomendable. Muchos aseguran que la tela tiende a desarrollar colonias de bacterias y hongos que en el mediano plazo terminarán por dañar los tejidos. Además, secar las mantas dentro de casa no asegura la eliminación de todo rastro de humedad, sobre todo cuando se trata de piezas muy grandes.
En cualquier caso, sea cual fuere tu selección o tu situación particular, aprovecha al máximo los recursos que tengas para que el secado de tus mantas sea efectivo y preserve la integridad de los textiles por mucho tiempo. Lo que sí es cierto, si usas el método de secado al aire libre, secadora o el secado dentro de tu hogar, recuerda ser lo más amigable con el ambiente y trata en lo posible de no contaminar.
Secar manta al aire libre
El secado de mantas al aire libre es por mucho el método más ecológico para eliminar la humedad de tus piezas y lograr una larga vida útil de las mismas. Sin importar el material de fabricación de estos accesorios, la mejor opción es secar las mantas al aire libre. Aprovechas lo más que puedas la luz solar, el viento y las condiciones atmosféricas para lograr que las telas se sequen eficientemente, sin tener que recurrir a métodos convencionales como la energía eléctrica o mecánica, incluso la térmica.
Secar las mantas al aire libre es muy simple, de hecho, puedes lavarlas a mano o a máquina y al momento de escurrir, puedes retirar la cantidad de agua lo más que puedas, luego simplemente extender y colgar en tu patio o jardín, incluso en tu balcón o terraza. Si has decidido optar por este método de secado, te explicamos a continuación cómo proceder:
- Lava a mano o en tu lavadora la manta, aplica las previsiones necesarias tomando en cuenta el tipo de tela, tamaño de la pieza, colores y texturas. Recuerda utilizar el ciclo suave de lavado, con mucha agua fría y jabón para prendas delicadas.
- En el ciclo de exprimido, asegúrate de retirar la mayor cantidad de agua de la pieza. No hace falta que comprimas la pieza, ni mucho menos la retuerzas, esto puede dañar los tejidos.
- Extiende por el lado más largo de la manta y cuelga la pieza en tu patio o jardín, para ello utiliza una cuerda o muro que mantengan en su lugar la manta y evite que se caiga si el viento es muy fuerte. Alisa la manta mientras está colgada, elimina las arrugas.
- Deja la pieza al aire libre por al menos 3 horas, esto variará en función del tipo de tela y tamaño de la manta. Evita que los rayos solares incidan sobre la pieza, esto puede dañar los colores de la misma.
- Cuando esté seca, simplemente dóblala y guárdala en un lugar seco y oscuro.
Secar manta dentro de casa
La segunda alternativa para secar mantas es hacerlo dentro de casa. Para ello, aprovecha los diferentes elementos de casa para que el proceso sea eficiente y la ropa de cama se seque correctamente. Cuando no disponemos de un patio o jardín donde extender la ropa para que se seque, solo nos queda o utilizar la secadora o secar dentro de casa.
Una vez que las hayas lavado bien a máquina o a mano, basta con que elimines el exceso de agua y extiendas cada pieza en algunos puntos estratégicos dentro de casa. Por ejemplo, secar las mantas en un tendedero dentro de tu casa se ha convertido en una opción muy popular entre las personas. Algunos aprovechan las ventanas más grandes de la casa para secar las mantas, otros utilizan el baño y muchos más, aprovechan el calor de los electrodomésticos para colocar las piezas en su parte posterior, como es el caso de las neveras.
Si has elegido este método de secado, te proponemos el siguiente truco que mejorará y reducirá el tiempo de secado de la pieza. Te lo explicamos a continuación: extiende la manta húmeda sobre toallas secas, esto lo puedes hacer en el piso o sobre una mesa grande. Coloca primero una toalla seca, luego la manta y luego otra toalla seca. Posteriormente, enrolla todos esos elementos y aplica un poco de compresión, esto facilitará que la humedad remanente de la manta pase a las toallas y podrás secarla rápidamente.
Otra manera de hacerlo es colocar una toalla seca sobre una superficie lisa, luego colocamos la manta húmeda y encima otra toalla seca, colocamos encima de ésta un libro medianamente pesado y dejamos que el peso y la gravedad hagan su trabajo por unos 10 a 15 minutos. Luego, todo es cuestión, de tomar la manta, extenderla y colgarla para el secado dentro de casa. Con este procedimiento procura no usar un libro demasiado pesado, esto podría deformar la manta o crear pliegues que no deseamos y que persistirán después de secar.
Cuando utilizas esta opción de secar mantas dentro de casa es importante que mantengas ventilado el espacio, bien con las ventanas abiertas o con el aire acondicionado encendido. Esto último puede incrementar tu factura de servicio eléctrico, así que te recomendamos usarlo con prudencia.
Secar manta en la secadora
Finalmente, hemos llegado al método de secado por excelencia y que normalmente usa la gente de manera frecuente, sobre todo porque viven en espacios pequeños o sus viviendas no cuentan con terrazas, jardines o patios donde colgar la ropa. Antes de meter cualquier manta en la secadora, revisa las instrucciones del fabricante y asegúrate de que la pieza no tenga manchas o roturas, además verifica la temperatura de secado para las mantas.
Siempre es conveniente colocar la secadora a una temperatura entre media y baja, esto preservará la integridad de la pieza y el secado se hará en menos tiempo. Ten cuidado con las temperaturas altas, pueden quemar las mantas, sobre todo si son de poliéster, lana o fibras mezcladas. Coloca la manta dentro de la secadora, asegúrate de que esté distribuida uniformemente por todo el tambor. Recuerda vaciar con antelación el colector de pelusas.
En cuanto al tiempo promedio de secado, normalmente es de 30 minutos. Esto aplica para mantas grandes y densas, sin embargo, para mantas más pequeñas y de fibras delicadas, el tiempo se reducirá a la mitad o menos. Si eres de los pone a secar la ropa de cama en un ciclo completo, recuerda hacerlo a baja temperatura y no excederte de la media hora.
Un truco que siempre damos es que antes de que termine el ciclo de secado, retira las mantas de la secadora, extiéndelas y cuélgalas para aprovechar el aire del ambiente. Esto confiere mayor frescura y suavidad a las telas, y las mantas durarán mucho más. Por otro lado, coloca una o dos pelotas de tenis en la secadora junto con la manta, notarás que el secado será más uniforme y rápido, evitando acumulaciones y apelotonamientos. Las mantas de algodón, lino o seda se secan mucho mejor al aire libre, en este sentido, no vale la pena que uses el ciclo de secado de tu máquina para este tipo de piezas.