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Cómo doblar mantas para ahorrar espacio

Doblar las mantas de manera óptima te brinda no solo mayor comodidad, también podrás aprovechar mejor los espacios en casa. Aunque se trata de una tarea sencilla, colocar las mantas sin ocupar mucho espacio no solo conservará los textiles, también te facilitará la selección de la pieza perfecta para la temporada correspondiente.

Doblar manta

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Todo lo que necesitas saber para doblar tus mantas

Sabemos muy bien que a todos nos fascinan las mantas, son los accesorios perfectos para la decoración y para mantenernos a salvo del frío. Son tan funcionales y versátiles que son capaces de inyectarle mucha vitalidad a un espacio soso y aburrido en un abrir y cerrar de ojos. Por ello, hemos querido enseñarte aquí cómo doblar las mantas para ocupen menos espacio.

Como siempre, a la hora de realizar esta tarea conviene que consideres el tipo de tela, el tamaño de la pieza y la frecuencia de uso de la misma. Todo esto te dará muchas luces a la hora de doblar y guardar correctamente nuestras aliadas favoritas. Queremos que duren mucho tiempo, no solo como elemento decorativo, también como patrimonio familiar.

Diferentes formas de doblar una manta

Existen diferentes formas de doblar una manta, muchas de las cuales hemos heredado de nuestras madres y abuelas, las utilizamos tantas veces que nos hemos vuelto unas expertas. Pero vamos al grano. Es muy importante saber cómo doblar una manta para que ocupe poco espacio, pero esto dependerá de la destreza que tengas o desarrolles para plegar este accesorio de manera eficiente.

Como existen diferentes tipos de mantas en atención a las fibras, diseños y tamaños, pues es lógico pensar que las formas de doblar también varían. La relación entre la durabilidad de este accesorio, la manera cómo la doblas y cómo la guardas, es muy estrecha, de esto dependerá la durabilidad de la pieza.

Los pasos para doblar una manta se pueden resumir de la siguiente manera. Por ejemplo, la técnica más simple comprende estas acciones:

  • Extender la manta por su lado más largo, luego doblamos a la mitad.
  • Una vez doblada a la mitad, plegamos en una sección o dos, así la manta quedará reducida a un cuadrado que resulta muy sencillo de guardar.
  • Un paso alternativo es doblar una vez más la manta y convertirla en un rectángulo más pequeño, para posteriormente proceder al guardado de la misma.

Ahora bien, si es una manta gruesa, como por ejemplo de lana, el proceso de doblar es aún más simple:

  • Extender, luego doblar en una sección de tamaño menor.
  • Formamos un cuadrado. Notarás en este paso que debido a lo grueso del textil, el cuadrado tendrá volumen, así que no conviene hacer un nuevo doblez.
  • Guardamos la pieza preferiblemente en una bolsa al vacío para reducir su tamaño.

Para las mantas de algodón, poliéster o de lino, existe un método para doblar que también se ha vuelto muy popular. Te lo explicamos a continuación:

  • Extendemos la manta, unimos una esquina con la otra otra opuesta para formar un triángulo.
  • Formamos un triángulo más pequeño uniendo las esquemas hasta encontrar el tamaño adecuado para el lugar donde la vamos a almacenar.
  • Esta es una manera distinta y bonita de guardar tu mantas sobre todo si están a la vista, ya que aportan un toque innovador.

Otra alternativa para doblar mantas, sobre todo para aquellas de gran volumen es la siguiente:

  • Extendemos la manta, hacemos el primer doblez formando un rectángulo.
  • Hacemos un segundo doblez y formamos otro rectángulo más pequeño.
  • Finalmente, enrollamos y formamos un cilindro. Procura apretar la pieza para comprimir al máximo su tamaño. Una vez listo, guardar preferiblemente protegida del polvo dentro de una bolsa.

Por último, otra opción para doblar una manta es ésta:

  • Extendemos la manta sobre la cama o el piso, hacemos un doblez en el borde superior formando un rectángulo.
  • Repetimos el paso anterior, pero esta vez en el borde lateral derecho y luego en el borde lateral izquierdo.
  • Verás que te ha quedado reducida la manta a un rectángulo más pequeño que podrás plegar sobre su mitad y guardar.

Cabe destacar que estos métodos descritos para doblar mantas cuentan con infinidad de variantes, muchas de las cuales se ajustarán al espacio disponible para guardar, la frecuencia de uso en casa y los tipos de telas. Recuerda siempre que las mantas te durarán mucho más si antes de doblarlas, las pasas por el debido proceso de lavado, secado y, si te gusta, planchado.

Por otro lado, las opciones para doblar mantas que te hemos mostrado también aplican para aquellas piezas de uso diario, por ejemplo, las mantas que tienes en uso durante una semana o más, que aún no llevarás a la lavadora ni guardarás hasta la próxima estación. Adicionalmente, te sugerimos no doblar o guardar las mantas que estén húmedas o manchadas.

Cómo doblar una manta en forma de cojín

Con frecuencia nos preguntan cómo doblar mantas en forma de cojines o en forma de paquetitos, como también se le conoce a esta técnica. Una de sus grandes ventajas es que puedes guardar las mantas haciéndolas parte de la decoración, bien sea de la cama o del sofá. Además, podrás desdoblarlas y usarlas inmediatamente como un cojín o almohada adicional.

Los pasos a seguir para doblar una manta en forma de cojín son los siguientes:

  • Extendemos la manta en la cama o en el suelo limpio.
  • Hacemos el primer doblez en el borde superior, formando un rectángulo que plegaremos por debajo.
  • Haremos un segundo doblez en el borde lateral izquierdo, formando otro rectángulo plegándolo por encima. Trata en lo posible de que el ancho de los rectángulos sea el mismo.
  • Ahora, un tercer doblez en el borde lateral derecho, formando otro rectángulo y pasándolo por encima. Verás que la manta se ha reducido a un rectángulo más pequeño.
  • Repetimos el paso 3 y 4 una vez más hasta lograr un rectángulo más delgado. Plegaremos una franja sobre la otra.
  • Con la manta plegada, doblaremos cuidando de formar cuadrados, uno sobre el otro.
  • Cogemos la abertura que nos ha quedado en el cuadrado más externo, meteremos las manos y voltearemos sobre sí mismo. Verás que te ha quedado un cojín compacto, bien doblado que puedes utilizar para descansar, para agregarlo a la decoración o simplemente para camuflar la manta.

Cabe destacar que este método de doblar una manta en forma de cojín lo puedes aplicar en mantas de todo tipo, incluso en aquellas de textiles más gruesos como las de lana. Considera que mientras más grande sea la manta o más gruesa, el cojín que obtendrás al final será más o menos abultado. No obstante, habrás ahorrado mucho espacio y tendrás a mano siempre tu accesorio favorito.

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